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[Madame de Tourvel]:
Sólo os habéis retrasado cinco minutos, pero pasé tanto miedo... Siempre pienso que jamás volveré a veros.
[Vizconde de Valmont]:
Ángel mío...
[M.T.]:
¿Os ocurre a vos lo mismo?
[V.V.]:
Sí. En este momento, por ejemplo, estoy convencido de que no volveré a veros nunca.
[M.T.]:
¿Qué?
[V.V.]:
Estoy aburrido, ¿sabéis? No puedo evitarlo.
[M.T.]:
¿A qué os referís?
[V.V.]:
¡Después de todo, han sido cuatro meses! ¡Y como os digo, lo cierto es que no puedo evitarlo!
[M.T.]:
Queréis decir que ya no me queréis...
[V.V.]:
Mi amor no ha conseguido sobrevivir a vuestra virtud. No puedo evitarlo.
[M.T.]:
Se trata de esa mujer... ¿no es así?
[V.V.]:
¡Es cierto! Os he estado engañando con Emilie, entre otras. No puedo evitarlo.
[M.T.]:
¡Oh!, ¿¡Por qué me hacéis esto!?
[V.V.]:
Hay otra mujer, no Emilie, otra mujer, una mujer que adoro, y me temo que insiste en que os abandone. No puedo evitarlo.
[M.T.]:
¡Mentira! ¡Eso es mentira!
[V.V.]:
¡Os juro que no miento! Sabed que la fidelidad es de todas las virtudes la menos constante. Lo cierto es que no puedo evitarlo
[M.T.]:
¡Basta! ¡No volváis a decir eso!
[V.V.]:
Lo siento. No puedo evitarlo. ¿Por qué... por qué no os buscáis otro amante? Haced lo que queráis, yo no puedo evitarlo.
[M.T.]:
Queréis matarme...
[V.V.]:
Escuchad, escuchadme bien. Me habéis dado un gran placer, pero sencillamente no puedo evitar abandonaros. Así es la vida. Yo no puedo evitarlo.
Las Amistades Peligrosas (1988)