La Navaja de Occam, el Principio del Vago y la hoguera.

Leyendo la referencia sobre la Navaja de Occam en Microsiervos, no he podido resistir la tentación de plasmar humildemente mi idea de esto.

Guillermo de Ockham –a quien se le atribuye este principio- era básicamente un vago. Utilizando palabras llanas, lo que postuló originalmente fue:

No es por no pensar, pero ponernos a pensar teniendo ya una posible explicación… es tontería”.

Es decir, no es que crea que esa explicación es necesariamente la correcta, pero por no pensar escoge la más fácil. Así contribuye con el mínimo esfuerzo -al fin y al cabo él ha participado dando una posible explicación-, y en caso de equivocarse tiene la excusa de que nadie es perfecto.

No obstante, existen también otras teorías aceptables sobre su origen, como la de que La Navaja de Occam pudo nacer al amparo de la religión (Guillermo era un fraile franciscano). Eso nos llevaría por ejemplo a defender el creacionismo frente a la evolución, o lo que es lo mismo:

¿Qué cojones me estás diciendo de 3.000 millones de años de evolución y selección natural? Todo eso lo hizo dios del tirón, no me toques los huevos o te quemamos en la hoguera”.

Realmente ilustrativo.

En definitiva, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que La Navaja de Occam es una paja mental meta-filosófica muy bonita, pero desde el punto de vista científico es una puta mierda.

No obstante, no debemos confundir lo que son las posibles explicaciones con el orden de las posibles comprobaciones. Por ejemplo, si llegamos a la oficina y el ordenador no enciende, lo más lógico es comprobar primero si hay corriente eléctrica –o al menos es más lógico que abrirlo y sustituir la fuente de alimentación a ver si funciona-.

El por qué de este orden no tiene nada que ver con la simplicidad del problema, sino con la velocidad de la comprobación. Somos prácticos y queremos ahorrar tiempo, por lo en igualdad de condiciones elegimos el test más corto primero.

De hecho, ese hipotético corte de corriente podría deberse a un problema de comunicación entre centrales de distribución eléctrica causado por la desorientación de un satélite geoestacionario. Dicho satélite habría sido golpeado por una pelota de titanio con la que dos deportistas plutonianos con sus correspondientes raquetas atómicas estaban entrenando en la superficie de Caronte, y que salió disparada al activar accidentalmente uno de ellos el modo turbo-fusión de su raqueta, que es un modo sólo para jugar en las proximidades de un agujero negro.

En este caso, ¿el corte de corriente era la explicación más fácil o la más difícil?

Basura. Aunque estuvo cerca. Si en vez de decir “sencilla” hubiese dicho “frecuente en el pasado”, se hubiese adelantado 200 años a Thomas Bayes

Pero… se siente. Un clavo no se clava por muchos martillazos que se le dé alrededor. Hay que darle justo en la cabeza.


P.S.: No tengo ni puta idea de cómo sería una raqueta atómica con modo turbo-fusión, pero tiene que ser algo acojonante.