Kalashnikov


De todas las armas del vasto arsenal soviético no había nada más rentable que los Avtomat Kalashnikova de 1947, más conocidos como los AK-47, o Kalashnikov. Es el fusil de asalto más popular del mundo, el arma que todos los combatientes adoran. Una fusión elegantemente simple de acero forjado y contrachapado de cuatro kilos. No se rompe, no se encasquilla ni se recalienta. Ni recubierto de barro ni relleno de arena deja de disparar. Es tan fácil manejarlo que hasta un niño puede hacerlo… y lo hace. Los soviéticos lo tienen en una moneda, Mozambique en la bandera. Desde el fin de la guerra fría, los Kalashnikov se han convertido en el primer producto de exportación de los rusos. Le siguen al vodka, el caviar y los novelistas suicidas. Una cosa está clara: Nadie hacía cola para comprar sus coches.
El Señor de la Guerra (2005)